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domingo, 23 de octubre de 2011

LA PREPUBERTAD SEGUN HEINZ REMPLEIN

La psicología del desarrollo.
(entre 7 y 11 años)
    Remplein plantea que la prepubertad es la edad de la obstinación y del segundo cambio configuracional. Esta etapa se presenta en los hombres como un período unidireccional, en cambio en las mujeres, se destacan 2 subetapas. La primera se caracteriza por rasgos positivos (de la última infancia) y la segunda, por rasgos negativos (acercamiento de la pubertad). En la mujer se produce mutabilidad del actuar, se torna sumisa, inquieta, sensible. Estos aspectos negativos dan nombre a la "fase negativa" Sobre las transformaciones corporales de la pubertad, se producen variaciones que tendrán incidencia en la adquisición de madurez. Se producen las diferencias físicas entre sexos, así como crecimiento en la altura, en el que se pueden obtener hasta 8 o 10 cm. por año. Este crecimiento conlleva una disarmonía pubescente, debido a la alteración de las proporciones corporales. Pero se debe destacar que las disarmonías que se producen, afectan a los jóvenes en diferentes intensidades, dependiendo por ejemplo del sexo y de la diferencia constitucional. Esta es una fase de transformación y desfiguración. A su vez, esta disarmonía corporal se traduce en una disarmonía de la configuración motora, tanto de la conducta inconsciente como de la consciente; se da un desequilibrio en los gestos, una descomposición de los movimientos. Tropiezan con sus propias piernas, no saben dónde colocar sus manos. En el hombre comienza el cambio de voz. Característica de esta etapa es la alternancia entre polaridades, por ejemplo: travesuras-relajamiento, osadía-timidez, etc. Se produce un desarme de la conducta, una desorganización de la actividad, de las fuerzas. Se presenta una tendencia al comportamiento negativo y extremo, por lo que se ha designado a esta etapa "edad de la obstinación". Los hombres se inclinan a la irritabilidad y las mujeres a la falta de iniciativa y negativismo. La inestabilidad, negativismo y laxitud llevan a una baja preocupante en el rendimiento escolar y hacia la familia. Los jóvenes tienden a una mayor fatiga psicofísica. Se debe evitar el exceso de trabajo en esta edad; ya que además, el niño presenta una labilidad neurovegetativa. Se produce una desintegración y transformación psicológicas, ya que el joven debe aprender a lidiar con dos tendencias: la de niño mayor y la de pubescente. Se acrecienta la importancia del despertar sexual. Se contraponen una activa extraversión y una introversión pasiva. El desequilibrio interior que se produce, no se da de la misma forma en todos los jóvenes, dependiendo de los tipos constitucionales armónicos, del medio ambiente, etc. Es una fase de cambio en la estructura psíquica. Se da una transformación del pensar intuitivo concreto en pensar abstracto; una mayor facultad de abstracción. Se abre el mundo de lo posible, se relaja la facultad de concentración. Se desarrolla el pensar técnico-constructivo como una forma particular de talento técnico, además de la memoria lógico-discursiva. Existe un gran desarrollo de las representaciones y de la memoria intuitiva; se presentan fenómenos eidéticos en un alto porcentaje de éstos jóvenes. Encontramos muy a menudo la conducta del fantaseo, cuyos resultados son celosamente guardados por sus creadores. La fantasía permite la fácil satisfacción suplente de los deseos frustrados, ya que la realidad le exige mucho o no le permite realizar ciertas acciones. Sobre los impulsos, se presenta una inquietud instintiva, no se sabe lo que se quiere y se da una avidez de experiencia además de una inclinación a la exageración y un aburrimiento extremo. En el caso del impulso sexual (el cual es denominado "fuerza demoníaca" por Remplein), se desarrolla la líbido y un deseo indiferenciado de placer. Se presentan apetito e interés sexual. En el hombre, el impulso se da de manera más cruda que en la mujer, en la cual el deseo sexual no es frecuente(¿); y que por lo demás, tiende a unir lo sexual con necesidades anímicas y vivencias psíquicas. El o la joven rechaza al sexo opuesto, pero al mismo tiempo siente una tremenda curiosidad hacia él.. Con relación a la iniciación sexual, se impone miedo y consternación ante la responsabilidad. La iniciación sería necesaria para ayudar al joven a "encontrar su camino". Debe ser paulatina y profunda, remarcando la importancia del amor en lo sexual. Dado que la tensión psíquica llega a su límite, se desahogaría mediante la masturbación, la cual más allá de esta edad es condenada como inmoral (¿), lo cual daría paso a sentimientos de culpabilidad por parte de quien la practica. Sobre la homosexualidad, que en este texto es tomada como una desviación, una conducta sin amor ni sentimientos entre quienes la practican, el educador puede tener un papel de "encaminador". En el prepúber se desarrolla un afán de emancipación y libertad de los padres; se presentan conflictos serios en el seno familiar, si es que este existe. Cada sexo reacciona de diferente forma a este punto. Debe presentarse una educación mediadora, perseverante y coherente. Existe una gran discrepancia entre el mundo exterior y el interior del joven; Contradictoriamente se producen afanes de convivencia, compañía y de una introversión pasiva con tendencia al aislamiento. Los jóvenes intentan hacerse ver y valer. Si los padres o la persona a cargo del joven pierde el control sobre éste, el joven puede caer en extremos como huídas, crimen, vagabundeo suicidio, extravíos, asesinatos, etc. El joven comienza a interesarse en actividades como el coleccionismo, la cual realiza rigurosamente. Se desarrolla un "querer" sin directriz, expresado en una mayor voluntad de acción. Se presenta una propensión al miedo, el cual se disfraza de arrogancia y osadía. Aumenta la predisposición a las emociones y a la obstinación; la sensibilidad, vulnerabilidad e irritabilidad. La vergüenza está relacionada con acciones que se consideran "prohibidas e inmorales"; afectando principalmente a las mujeres, por lo cual "debe fomentarse el sentimiento de pudor". Se desintegra el mundo valorativo infantil para dar paso al de la madurez, por lo tanto se toman las normas valóricas aplicadas por los adultos. Los valores serían subjetivos y lábiles en esta etapa. Comienza a aparecer la conciencia personal. En relación al sentimiento religioso, se tiende a desarrollar uno personal, ya que la incomprensión por parte de los padres, asumida por el joven, lo llevaría a acercarse a Dios. De: Nicolás Hernández.

COMENTARIO: lo que nos plantea este documento es bastante cierto nosotros como adolescentes vivimos ya hace bastantes años este periodo y me doy cuenta que las características mencionadas son bastante acertadas por lo menos en mi caso hace años y en el mis primos que se encuentran en este periodo su comportamiento es similar al mencionado en el documento anterior.


atte: Fernando Paredes

2 comentarios:

  1. si esta publicacion nos entrega informacion bastante acertada de como son o como fuimos algunas vez en la adolescencia.

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  2. Muy cierta la información entregada, es increíble como el ser humano va evolucionando tanto física, psicológica y socialmente, todos pasamos por esto y pensar que en el momento uno no se da cuenta y al leer esta publicación uno se siente identificado y vienen muchos recuerdos a la mente de esta etapa.

    Nicolas Vidal

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